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| Argentina es uno de los 4 candidatos a ganar el Mundial. |
Tal vez sea un gran anhelo o fruto del destino, pero lo
concreto es que la selección Argentina tiene casi todas las condiciones para ganar
el Mundial, y nada menos que en Brasil, donde existe una eterna rivalidad con
el país vecino.
Sin dudas, el equipo que dirige Alejandro Sabella será uno
de los máximos protagonistas en esta Copa del Mundo y mantendrá el sueño latente
hasta el 13 de julio para levantar su tercer título, en lo que sería el segundo
Maracanazo en tierras brasileñas, emulando así la consagración de Uruguay en 1950.
UNA DELANTERA DE LUJO
Argentina cuenta con toda la magia que sólo puede ofrecer
Lionel Messi, el mejor jugador del mundo, ganador de todo lo que se propuso con el Barcelona y dueño absoluto de 4 Balón de Oro consecutivos (2009, 2010, 2011 y 2012). El gran capitán de la Selección estará acompañado por su amigo Sergio “Kun” Agüero
(Manchester City) y Gonzalo Higuaín (Napoli), quienes forman una delantera demoledora para
cualquier defensa.
Incluso, Ángel Di María (Real Madrid) encaja a la perfección
con sus compañeros de ataque, con su característico juego a pura velocidad,
marca, proyección y gol para así formar “los cuatro fantásticos” intocables que
tiene el conjunto albiceleste.
Además, Fernando Gago (Boa Juniors) le otorga distinción con
su clase desde el medio, Maxi Rodríguez (Newells Old Boys) es un fuera de serie
como volante por derecha (marca, gol, juego en equipo y proyección) y viene con
la experiencia de haber jugado –y convertido- en los últimos dos mundiales, mientras que otro experimentado, Javier Mascherano
(Barcelona), aporta el equilibrio en la
marca que necesita el mediocampo.
LA DEFENSA, UN PELOTAZO EN CONTRA
Argentina tiene un gran equipo desde mitad de cancha hacia
adelante, pero es bien distinto desde el medio hacia el arco. Hasta el momento,
la defensa titular compuesta por Pablo Zabaleta, Ezequiel Garay, Federico Fernández
y Marcos Rojo no ofrece garantías sin importar el rival de turno.
Lo mismo pasa con los arqueros: Sabella confirmó a Sergio
Romero (Mónaco) en el arco mientras que Mariano Andújar (Catania) y Agustín Orión
(Boca Juniors) serán los suplentes en el Mundial. Los primeros dos no son
titulares en Europa mientras que Orión ha tenido un buen desempeño en un Boca
que le ha dado muchos problemas en 2013.
Es decir, Sabella no tendrá problemas en la delantera aunque
debería estar preocupado por el rendimiento de la defensa. Sin embargo, aún
tiene tiempo para la puesta a punto del fondo. Para eso, deberá rever la lista
de convocados y probar nuevos jugadores en los próximos amistosos aunque, en la
mayoría de los casos, los equipos logran armarse en plena competencia.
Otro de los puntos a tener en cuenta es que Argentina no
deberá relajarse frente a sus rivales de menor calibre en el grupo sino todo lo
contrario: deberá encarar los partidos como verdaderas finales para la puesta a
punto y así afianzarse en cada instancia. Alemania es la gran amenaza por lo
vivido en el Mundial 2006 y en Sudáfrica 2010. También pueden ser Brasil,
Inglaterra e Italia, potencias que no logra vencer desde hace 24 años en una
Copa del Mundo.
ALEGRIA POR EL FIXTURE
Ni siquiera el más escéptico de los argentinos podría haber imaginado que el conjunto albiceleste sería favorecido con el sorteo de la FIFA del pasado 6 de diciembre en Costa do Sauipe, cuando se determinó que el debutante Bosnia, Nigeria e Irán serán sus rivales en el Grupo F.
Si se produce la lógica, Argentina podría tener el camino libre al menos hasta las semifinales, instancia con una altísima probabilidad de enfrentar a algunas de las potencias.
Argentina debutará el 15 de junio frente a Bosnia, nada menos que en el estadio Maracaná, en Río de Janeiro. Seis días más tarde, el equipo albiceleste se medirá con Irán en Belo Horizonte, y cerrará su participación en primera ronda ante Nigeria, el 25 de junio en Porto Alegre.
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| Lionel Messi, el mejor jugador del mundo y emblema d la selección Argentina. |
En el caso de la Argentina, lo más probable es que finalice el grupo sin problemas con puntaje ideal (9 unidades), -algo similar a lo ocurrido en las eliminatorias para Brasil 2014- para luego encarar la segunda ronda.
En esa instancia, se medirá con el segundo del grupo E (Suiza, Francia, Ecuador y Honduras), es decir, rivales de menor jerarquía que el actual N°3 del mundo según el ranking de la FIFA. El partido será el 1 de julio en Sao Paulo.
En caso de superar los octavos, el camino será más difícil para Argentina en cuartos, ya que podría enfrentar a un rival más duro que saldrá como consecuencia de los cruces entre los primeros dos clasificados de los Grupo G (Alemania, Portugal, EE.UU. y Ghana) y H (Bélgica, Rusia, Argelia y República de Corea).
Los cuartos de final será una medida para determinar el futuro de la selección Argentina en Brasil 2014, ya que enfrentar a Francia, Portugal, Bélgica o Rusia no será lo mismo que medirse ante la poderosa Alemania, el gran verdugo de la selección albiceleste, quien lo eliminó en cuartos de final en los últimos dos mundiales.
Si supera los cuartos, Argentina tendría un duro escollo para vencer a potencias y también candidatos como España, Holanda o Italia en semifinales, el 9 de julio en Sao Paulo. Será el gran obstáculo antes de soñar con una hipotética final frente a Brasil, el 13 de julio en el Maracaná.
Con un Leo Messi alejado de su lesión y con todo su
esplendor, con el Kun, Di María e Higuaín, Argentina tiene motivos para salir campeón
en el país que respira fútbol a cada instante. Además contará con el apoyo
incondicional de todos sus hinchas para sentirse locales en cada partido.
Ausente en 1950, Argentina jugará por primera vez un Mundial en tierras brasileñas, con toda la ilusión a flor de piel para levantar la Copa del Mundo y terminar con los 28 años de sequía en la máxima competencia, nada menos que en Brasil, el rival de toda la vida.
Ausente en 1950, Argentina jugará por primera vez un Mundial en tierras brasileñas, con toda la ilusión a flor de piel para levantar la Copa del Mundo y terminar con los 28 años de sequía en la máxima competencia, nada menos que en Brasil, el rival de toda la vida.
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