jueves, 20 de marzo de 2014

¿Qué sería de Italia sin los extranjeros?

De los 21 argentinos jugaron en Italia, 5 fueron campeones.
La selección de Italia es una de las más poderosas en la historia de los mundiales, junto con las de Brasil, Alemania y Argentina.  Su historia  habla por sí sola: con 4 títulos y otros dos subcampeonatos en 19 ediciones, la azzurra ha sumado pergaminos y prestigio a la hora de hablar fútbol, quedando a una sola Copa de alcanzar a Brasil, los pentacampeones del mundo.

Podrá gustar o no su estilo de juego poco vistoso, basado en la garra, en la proeza y en solidez de su defensa (catenaccio) y en el amor propio por la camiseta que le han dado tantos éxitos mucho más que la propia destreza. Lo mismo podría decirse de la gran cantidad de extranjeros que ha tenido la squadra azzurra desde el primer Mundial (Uruguay 1930) hasta el presente, que ha marcado a fuego la identidad de la Nazionale incorporando a jugadores foráneos que abrazaron la gloria vistiendo los colores de esta prestigiosa camiseta europea.

ORIUNDI

Ese término proveniente de la legua Dante se caracteriza en llamar a los extranjeros cuyos antepasados provienen de raíces italianas que debieron abandonar el país por diversas cuestiones. Como regla N°1, todo hijo, nieto o bisnieto de italianos –vivos o no- que posean pasaporte comunitario puede ser convocado para jugar en el equipo azzurro.

De esta manera, 63 futbolistas extranjeros (mejor dicho, “oriundi”) formaron parte de la selección italiana, de los cuales Argentina encabeza la lista con 21 futbolistas, muchos de ellos de renombre y hasta se destacaron tanto en el torneo local como en la selección albiceleste.

El primer extranjero en vestir la camiseta azzurra fue el suizo Emanno Aebi, que apenas disputó 2 partidos con la Nazionale, en 1920. Después de 8 años, Julio Libonatti se convertiría en el primer futbolista argentino en jugar para Italia  en los juegos Olímpicos de Amsterdam  1928 y en el Mundial de 1930.

Cuatro años más tarde, Italia lograría su primer Mundial como país organizador bajo la dictadura de Benito Mussollini con un equipo compuesto por 4 argentinos: Enrique Guatia, Attillio Demaría, Raimundo Orsi y Luis Monti (este último disputó el mundial de Uruguay defendiendo los colores de Argentina). En aquel equipo también estaba integrado por Anfilogino Guarisi y, junto con el uruguayo Miguel Andreolo (1938) y el ítalo-argentino Mauro Camoranesi (2006), forman parte del selecto grupo de los 7 extranjeros en consagrarse campeones del mundo en toda la historia de la squadra Azzurra.

Los casos de Orsi y Monti merecen un párrafo aparte: ambos fueron titulares en la final del Mundial 1934. Incluso, un gol del Mumo Orsi, ex delantero de Independiente, fue vital para marcar el gol del empate y luego obtener el primer título para los italianos en el 2-1 frente a Checoslovaquia.

Pero lo de Monti es más emblemático, ya que se trata del primer jugador en disputar dos finales del mundo consecutivas vistiendo los colores de dos selecciones distintas, cuando en aquel momento estaba permitido por la FIFA.

Primero, el ex delantero de Huracán, Boca, y San Lorenzo defendió los colores de la selección Argentina, donde disputó 16 partidos y anotó 5 goles. Incluso, anotó el primer gol oficial en el debut mundialista del conjunto albiceleste frente a Francia (1-0), y más tarde se convertiría subcampeón en Uruguay 1930.

Con el correr del tiempo, la mayoría de estos jugadores han tenido una fructífera cerrera en el fútbol de Italia y echaron raíces por cuestiones de sus antepasados, aunque Guatia regresó a la Argentina luego de haber sido convocado a formar parte de ejército Italiano para la guerra de Etiopía, en 1935.

La tradición de incorporar argentinos en la selección italiana se ha mantenido durante gran parte de su historia con los llamados de Alejandro Scopelli (1935), Rinaldo Martino (1949), Francisco Lioacono (1959-61) y Antonio Angelillo (1960), todos, considerados talentos de exportación italo-argentino.

Sivori jugó para Argentina y además fue emblema de la Azzurra.
Enrique Omar Sivori y Humberto Maschio entre otros, que se destacaron tanto con la Azzurra como en el calcio aunque no han tenido la suerte de levantar la copa como sus coterráneos en el pasado.  Ambos jugadores se consagraron campeones de la Copa América en Lima, en aquel recordado equipo de Carasucias de 1957 y luego pasaron al jugar para Italia en el Mundial de Chile 1962.

Miguel Montuori, Bruno Pesaola y Eduardo Ricagni son otros de los argentinos que jugaron para la selección de Italia, aunque no participaron de ninguna Copa del Mundo.

Otros casos emblemáticos son los del uruguayo Antonio Schiaffino, autor del empate de la final de Maracanazo de 1950, quien más tarde jugaría para Italia en el Mundial de Suecia 1958. Lo mismo ocurrió con el delantero  brasileño José Altafini, quien se colocó la casaca de la Nazionale y anotó dos goles en Chile 1962.

Camoranesi, el último "oriundi" en salir campeón del mundo.
Tras la mala performance de los italianos en el Mundial de Chile, donde quedaron eliminados en primera ronda, se produjo una bisagra de los oriundi en la Azzurra hasta el Mundial de Alemania 2006, cuando el italo-argentino Mauro Camoranesi integró el equipo campeón en 2006, acaso, el cuarto y último título que ha conseguido la squadra azzurra.

Además de haber sido campeón del mundo, Camoranesi (ex Banfield, Lanús y Juventus, y actual Racing Club de Avellaneda), es hasta la fecha el “extranjero” que más partidos que ha disputado con la selección de Italia (55).

La era Prandelli marca nuevamente el resurgimiento de los oriundi a la selección italiana, sustentada por una Serie A poblada de extranjeros donde sólo el 38% son futbolistas s nativos. Además del ítalo-egipcio Stephan El-Shaarawy (Milan),  también fueron convocados los brasileños nacionalizados Thiago Motta (PSG) y Amauri (Juventus), al igual que los ítalo-argentinos Daniel Osvaldo (ex Deportivo Morón y Huracán, actual Juventus) y Gabriel Paletta (ex Banfield y Boca, actual defensor del Parma)

Paletta fue campeón Mundial Sub-20 con la selección argentina en Holanda 1995. Aquel equipo estaba compuesto por Sergio Kun Agüero que ya desplegaba todo su talento como goleador, y un tal Lionel Messi, que pudo haber elegido jugar para España, pero decidió defender los colores albicelestes para luego convertirse en figura, campeón y goleador del certamen.

Hoy, Paletta está en la vereda de enfrente y podría ser rival de Agüero y Messi en Brasil 2014. El paso del tiempo le hizo cambiar de parecer mediante una historia familiar que enternece ya que defender los colores de Italia es mucho más que un sueño cumplido. Es una manera de retribuirle el pedido de su bisabuelo calabrés de regresar a la tierra de tus orígenes.


                                                                            Nota creada y publicada por @maxikron 

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