martes, 5 de julio de 2016

Renunció Martino: crónica de un adiós anunciado

Gerardo Martino dijo basta y renunció como DT de la Selección Argentina.
Gerardo Martino se cansó de todo y dijo adiós. Con justa razón, el Tata dejó de ser el técnico de la Selección Argentina después de 9 días de haber perdido la final de la Copa América Centenario y a sólo 30 días para el comienzo de los Juegos Olímpicos de Río 2016, donde iba a dirigir a la selección sub-23 albiceleste.

Martino dirigió a la Selección Mayor durante los últimos dos años. Fueron 29 partidos, con 19 triunfos, 7 empates y apenas 3 derrotas (Brasil, Portugal en amistosos y Ecuador en Eliminatorias), y un envidiable 74% de efectividad.

Participó de tres competencias, como entrenador de la selección Argentina incluyendo la dos finales de la Copa América 2015 y la Copa América Centenario 2016. En ambas torneos, Argentina perdió por penales contra Chile. También dirigía a la Selección en las Eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018, donde Argentina está tercera.

Aquí no se trata del nivel de juego ni de los objetivos que no ha podido alcanzar al frente de la Selección, sino que hay otros motivos que lo llevaron a decir adiós.
El detonante ha sido que los clubes argentinos le negaron los jugadores que había pedido para conformar la lista de 18 integrantes de la selección Argentina para los juegos Olímpicos de Río 2016.

El primer caso había ocurrido antes de la Copa América Centenario, cuando la Juventus de Italia y se negó a prestar a Paulo Dybala para Río 2016, lo que desató numerosas críticas por haber dejado al delantero afuera de la convocatoria para la Copa América Centenario.

Sin embargo, Martino creyó que podía contar con Dybala para Rio 2016 pero la Juventus fue terminante al negarle la cesión amparándose que le competencia no correspondía a la fecha FIFA. En otras palabras, Argentina se quedó sin La Joya sn el pan y sin la torta.

El entrenador había presentado una nómina oficial de 35 preseleccionados y en caso de sufrir alguna baja, debería recurrir al mismo listado para elegir a otros jugadores para conformar un plantel de 18 futbolistas más otro cuatro reservas surgidos de ese mismo listado.

Luego, Martino había convocado a futbolistas del ámbito local: llamó a Augusto Batalla, Emanuel Mammana, Jonatan Maidana (River), Jonathan Silva y Cristian Pavon (Boca), Víctor Cuesta y Martin Benitez (Independiente) y Giovani Lo Celso (Rosario Central), pero nunca acudieron al pedido del entrenador.

Se entiende el caso de Boca como un argumento excepcional, ya que el club atraviesa una instancia decisiva como jugar una semifinal de Copa Libertadores y, por lo tanto, se amparaba en su derecho tácito de no ceder a sus jugadores a la selección nacional.

Pero River, Independiente y Rosario Central desoyeron el pedido de Martino cuando el sentido común indica la sesión de jugadores para la selección Argentina en caso de no estar participando en la definición de alguna competencia de prestigio.

En tal caso, la mayoría de los clubes locales e internacionales se amparan en que los Juegos Olímpicos no están dentro calendario de la FIFA y, por tal motivo, las instituciones tienen la facultad de no ceder a sus jugadores.



Por tal motivo, el Martino se reunió este mediodía con el dirigente de Claudio Chiqui Tapia, en medio de la acefalía dirigencial, falta de líder institucional, escasez de fondos y de transparencia total y un terrible caos organizativo que por estos días impera en AFA.

Ante la insistencia por el reclamo de los jugadores solicitados y sobre todo, la falta de intervención (y de interés) de la entidad madre del fútbol argentino para pedirle a los clubes por los convocados, Martino pegó un portazo y dijo basta.


Martino dirigó 29 partidos en la Seleccion Argentina: ganó 19, empató 7 y perdió 3. 
UNA SITUACION INSOSTENIBLE

El Tata Martino había tenido numerosos inconvenientes durante su estadía con la Selección Argentina en la Copa América Centenario, en los EE.UU. Incluso, estuvo 7 meses sin cobrar su salario y siguió dirigiendo el equipo con una dignidad que muy pocos podrían demostrar en el fútbol argentino.

Primero, Argentina no había llevado sparrings para los entrenamientos por la falta de presupuesto. También los jugadores acusaron la falta de organización total y planificación para los vuelos y traslados de los familiares, entre otra cosas.

Esto derivó en el hartazgo de Lionel Messi, el mejor jugador del mundo, que se había quejado a través de su cuenta en Instagram por el  manejo y la falta de dirigentes serios en AFA para resolver cuestiones elementales para cualquier deportista de elite.

Messi había puesto paños fríos en la conferencia de prensa del viernes 24 de junio, previo a la final con Chile. Sin el respaldo de los dirigentes, el capitán de la selección Argentina mostró su liderazgo al señalar que no era el momento de hablar de la situación de la Selección Argentina y de los notorios problemas entre jugadores y dirigentes de AFA, ya que era el momento de pensar en la final de la Copa América, el gran objetivos de todo el plantel albiceleste. Messi había señalado que iba a hablar después de la final.

Pero fue el propio Messi el que habló de la manera menos pensada, ya que Argentina volvió a perder otra final y, cansado de todo, Messi fue el primero en decir "basta" con aquella frase que retumba los oídos en cualquier argentino: "La selección no es para mí".

La renuncia de Messi ha causado conmoción mundial en el planeta fútbol. La falta de títulos con la selección nacional, la fuerte presión popular y el hastío del entorno que rodea al plantel argentino ha provocado su prematuro alejamiento con sólo 29 años, aunque está la creencia en la atmósfera futbolera de que el mejor del mundo volverá a vestir la camiseta albiceleste en el mediano plazo.

Y ahí está la clave de todo esto, porque Martino no se había enterado cuando Messi  anunciaba su salida de la Selección mientras el DT brindaba una conferencia de prensa el domingo 26 de junio, tras la derrota en los penales frente a La Roja.

Una vez enterado de la renuncia de Messi, su capitán y emblema, el mismo que justamente lo había llevado a la selección Argentina, Martino le había confesado a sus íntimos que tenía decidido presentar su dimisión como entrenador argentino pero, curiosamente, un tweet oficial de AFA lo confirmaba en el cargo para ocuparse del equipo que iba a dirigir para Rio 2016.


Pero la selección Sub-23 no podía entrenar ya que el plantel estaba incompleto. Solo 9 jugadores estaban disponibles para entrenar el próximo 11 de julio en AFA, y ante la falta de respuestas de los clubes locales, Gerardo Werthein, presidente del Comité Olímpico Argentino (COA), reconoció que existe "un 50% de probabilidades de que Argentina no se presente a los JJOO de Río 2016".


Martino no recibió la respuesta que esperaba, y como los dirigentes, que buscan más dinero para aferrarse al poder en lugar de solucionar cuestiones elementales como las mencionadas, le dieron la espalda y el Tata dijo basta.

Martino se cansó de todo y pegó un portazo en el momento indicado y que a su vez significa el peor momento que atraviesa la selección Argentina en mucho tiempo, con una AFA sin fondos por el robo descarado de sus dirigentes, sin presidente ni autoridades de peso a la vista y con un estado de acefalía total en la dirigencia del fútbol argentino.

Como si esto fuera poco, en este momento de caos total, Argentina no cuenta entrenadores en las divisiones inferiores a excepción del ex mundialista Julio Olarticoechea, DT de la Sub-20, el único que tiene contrato vigente en AFA y que en los próximos días asumirá como entrenador de la Sub-23 para viajar a Rio.

Argentina carece de estructura dirigencial, de proyectos a mediano largo plazo, y tampoco tiene una mínima organización para representar al país en numerosas competencias. A todo esto se le suma  un calendario completamente vacío para confeccionar las fechas para el próximo torneo local a sólo 30 días para el comienzo de un nuevo campeonato.

Es más: la explosiva renuncia de Messi sin fecha de retorno acompañada por el alejamiento de varios jugadores de peso y la reciente dimisión de Martino como seleccionador le agregan más combustible al incendio que significa la AFA.

Argentina atraviesa una profunda crisis futbolística e institucional en todos los sentidos. El desconcierto es total. No hay nada en el horizonte cercano ni mucho menos concretar algún proyecto coherente en el mediano-largo plazo.

Por todo esto y mucho más, Martino dijo basta. Podrá haber dirigido a la Selección Argentina durante 7 meses sin cobrar, podrá haber conformado bien un plantel o haber llevado a jugadores lesionados, o tal vez haberse equivocado en algunos planteos en las finales antes de perder por penales. Pero los valores forma parte de la condición humana tanto para Martino como en la coherencia de cualquier persona. Es por eso que la dignidad está por encima de todo y no se negocia.

Nota creada y publicada por @maxikron

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